11.10.25

Síndrome del Piramidal

 Síndrome del Piramidal o del Piriforme: Anatomía, Definición, Dolor, Causas y Diagnóstico

Anatomía del músculo piramidal

  • Origen: Cara anterior del sacro (entre S2 y S4).
  • Inserción: Borde superior del trocánter mayor del fémur.
  • Inervación: Nervio del piriforme (rama del plexo sacro, L5-S2).
  • Función: Rotación externa de la cadera (en extensión), abducción (en flexión) y estabilización de la cabeza femoral.

El nervio ciático pasa por debajo del músculo piramidal en la mayoría de las personas, aunque en algunos casos atraviesa el músculo o se divide por encima y por debajo de él, lo que aumenta el riesgo de compresión.




¿Qué es un síndrome?

De forma resumida es un conjunto de causas que forman una lesión o enfermedad.

Según la Real Academia de la Lengua Española:

Del lat. cient. syndrome, y este del gr. συνδρομή syndromḗ; propiamente 'concurso', 'concurrencia', 'tumulto'.
  1. m. Med. Conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado.
  2. m. Conjunto de signos o fenómenos reveladores de una situación generalmente negativa.

¿Cómo es el dolor del síndrome piramidal?

El dolor asociado al síndrome piramidal suele manifestarse más como una molestia intensa que como un dolor agudo en la zona de la nalga. Esta sensación puede extenderse por la cara posterior del muslo, aunque normalmente no sobrepasa la rodilla y afecta a los dos tercios superiores del muslo. Las personas que lo padecen lo describen como un “hormigueo”, “acorchamiento”, “mordisco”, o como un dolor “punzante”, “latigazo”, “quemazón” e incluso como un dolor “sordo” o inespecífico en la nalga.

Además, puede aparecer dolor referido debido a los denominados puntos gatillo del músculo piramidal. Esto sucede cuando los nervios y vasos sanguíneos son comprimidos contra el agujero ciático mayor, lo que puede provocar dolor en la región lumbar, la nalga y la parte posterior del muslo.


¿Cuáles son las causas que desencadenan el dolor en el músculo piramidal?

El ejercicio de correr es una de las situaciones que más puede sobrecargar el músculo piramidal. Durante la carrera, este músculo realiza una contracción excéntrica intensa para frenar la rotación interna rápida y vigorosa del miembro en carga, lo que puede llevar a una contractura y, por lo tanto, a dolor. Si el entrenamiento no está bien planificado, el piramidal se sobreutiliza, se agota y no logra recuperarse correctamente, provocando la contractura responsable del dolor descrito.

En otras ocasiones, el dolor puede deberse a que el músculo piramidal está acortado. Sin embargo, la causa más relevante es la sobrecarga de entrenamiento, correr sobre superficies duras o la falta de estiramientos. Es importante recordar que el piramidal es un “músculo papelera” del organismo, lo que significa que tiende a acumular toxinas y desechos que pasan por él.

En definitiva, se trata de una lesión múltiple de todos los elementos neurológicos y vasculares que son producidos por una contractura del músculo piramidal. Esa inflamación produce la presión, en consecuancia, la alteración de todos los elementos que rodean al músculo.

Otras causas

  • Hiperpronación del pie.
  • Inyección intramuscular mal administrada.
  • Sobrecarga aguda, como al evitar una caída.
  • Posturas forzadas: permanecer de pie apoyado sobre un solo pie, sentarse con las piernas cruzadas o sobre un solo pie.
  • Conducir coche (Síndrome del camionero): sobrecarga mantenida de la cadera en flexión y abducción (piernas separadas).
  • Traumatismos: caídas, fracturas de fémur o golpes directos sobre el músculo piramidal con objetos duros.
  • Infecciones, malformaciones óseas de la pierna.
  • Problemas generales de actitud: escoliosis, diferencia de longitud entre las piernas, torsión de la pelvis, desequilibrio muscular, dismetría de pelvis.
  • Poliomielitis.

¿Cómo se llega al diagnóstico?

El diagnóstico del síndrome piramidal lo realiza el traumatólogo, osteópata, especialista en unidad del dolor, unidad de columna, medicina del deporte, etc., mediante una exploración manual profunda de la zona de las nalgas, atravesando el músculo glúteo mayor y, si es necesario, a través de la pelvis mediante exploración rectal o vaginal. Para completar el estudio, aunque no siempre es necesario, puede realizarse una radiografía en carga para descartar una posible dismetría de las extremidades inferiores o asimetría lumbar. En ocasiones, una gammagrafía puede ayudar a localizar el área de activación del dolor.

Otras pruebas especiales:

  • Test de Freiberg: dolor al rotar internamente la cadera con el paciente en decúbito supino.
  • Test de Pace: dolor o debilidad al realizar abducción y rotación externa resistida.
  • Test de FAIR: dolor al colocar la cadera en flexión, aducción y rotación interna.
Puede complementarse con ecografía o resonancia magnética, sobre todo para descartar hernias discales o lesiones estructurales.

El diagnóstico es más sencillo cuando el dolor se localiza en la nalga y la parte posterior de la cadera, describiéndose como un mordisco o molestia intensa, que si se irradia hacia la pierna o la zona lumbar. Esta “pseudo-ciática” provocada por el músculo piramidal suele ser menos molesta y dolorosa que una ciática verdadera, cuyo origen podría estar en una hernia discal lumbar, por ejemplo. Además, el proceso de este síndrome es totalmente reversible siempre que se aplique el tratamiento adecuado.

Tratamiento osteopático y fisioterapéutico

El abordaje se centra en liberar la tensión del músculo piramidal y normalizar la mecánica pélvica y lumbosacra:

  • Técnicas miofasciales y de energía muscular.
  • Liberación del nervio ciático.
  • Corrección de disfunciones sacroilíacas y lumbares.
  • Estiramientos específicos del piramidal.
  • Reeducación postural y del patrón de marcha.
  • En algunos casos, aplicación de calor local o punción seca.

Casos del autor

Mª José llega hasta mi gabinete por dolor pélvico-lumbar izquierdo. Le realizamos diferentes pruebas de evaluación para descartar lesiones mayores de origen discal, por ejemplo, hernias. Se descarta tal situación y llegamos a la conclusión de que hay un proceso que le está produciendo mordida por bloqueo a nivel biomecánico.

Realizamos una sesión que esquematizamos abajo donde actuamos con diferentes técnicas manuales sobre contracturas musculares¹, sobre distensión y fibrosis ligamentosa² y remoción sobre membranas de envoltura del nervio ciático³, además de incursión en tejido fascial paravertebral⁴. Y en el cuadro de osteopatía realizamos diferentes técnicas de manipulación osteopática, tipo técnicas directas (thrust), sobre el hueso sacro y 4ª vértebra lumbar, donde encontramos dificultad de deslizamiento articular

Fecha

TEJIDOS BLANDOS

OSTEOPATÍA

10.10.2025

Piriforme izquierdo¹

Cuadrados lumbares (2)¹

Psoas izquierdo¹

Ligamento sacroilíaco izquierdo²

Fascias tl izquierdo⁴

Nervio ciático izquierdo³

Sacro (TDI) (d lateral)

L4 (FLiRd)

 
El resultado después de unos 40 minutos es de tener la capacidad de agacharse sentada para abrocharse los cordones de las zapatillas de deporte, al vestirse, y caminar sin mordida ni pinchazo en la zona de nalga izquierda. Aún así en una semana revisaremos su evolución.

Prevención y autocuidado

  • Mantener buena higiene postural al sentarse.
  • Evitar estar largos periodos sentado o con las piernas cruzadas.
  • Realizar estiramientos regulares de la musculatura glútea y pélvica.
  • Fortalecer el core y estabilizadores pélvicos.
  • Practicar actividad física con control postural (pilates, yoga, natación).

José Enrique García G. 
Osteópata NE CEN-16686/2015
Máster en Osteopatía Bajo Evidencia Científica y Práctica Clínica


3.10.25

Dolor de Hombro: Anatomía, Lesiones y Casos Clínicos

El hombro es una de las estructuras más complejas del cuerpo humano. Está formado por tres articulaciones reales y dos “falsas” articulaciones, cada una con un papel fundamental en la movilidad y estabilidad del miembro superior.


Anatomía Funcional del Hombro

Figura 1



  1. Articulación esterno-clavicular — unión entre clavícula y esternón.

  2. Articulación acromio-clavicular — unión entre clavícula y acromion.

  3. Articulación gleno-humeral — unión entre húmero y omóplato.

  4. Articulación subdeltoidea — entre acromion y deltoides.

  5. Articulación escapulo-torácica — entre omóplato y tórax.

Las dos últimas, denominadas falsas articulaciones, no unen hueso con hueso directamente, pero cumplen una función vital para el movimiento. Están conectadas mediante cápsulas, ligamentos y tejido blando que, cuando se lesionan, pueden limitar considerablemente la funcionalidad del hombro.

Figura 2




Lesiones Más Frecuentes en el Hombro

Desde mi experiencia, las lesiones más comunes y problemáticas afectan a la articulación acromio-clavicular, aunque pueden aparecer en cualquier articulación del complejo del hombro. Estas lesiones surgen por impactos directos, contracciones musculares excesivas, tendinitis o alteraciones posturales como escoliosis, cifosis dorsal o lordosis cervical.

La osteopatía aborda no solo el bloqueo articular, sino también las tensiones del tejido conectivo circundante: tendones, cápsulas y ligamentos. Una evaluación diferencial cuidadosa es esencial para identificar correctamente los tejidos afectados.


Principios Clave en el Trabajo Osteopático del Hombro

Antes de presentar casos clínicos, hay dos aspectos fundamentales a tener en cuenta:

  1. Precisión en la evaluación — para localizar correctamente la lesión y su origen.

  2. Paciencia — la recuperación del hombro suele ser lenta debido a su compleja estructura y biomecánica.


Casos Clínicos

Caso 1 – T.A.U., 37 años

Economista con molestias en el hombro izquierdo localizadas en la punta inferior del omóplato. Presentaba contracturas en trapecio medio, elevador del omóplato y supraespinoso izquierdo.



Intervención:

  • Liberación de tejido blando (técnicas de fricción de Cyriax).

  • Osteopatía estructural sobre articulación gleno-humeral.

  • Osteopatía craneal para normalizar información nerviosa.

  • Manipulación de articulación acromio-clavicular y segunda costilla izquierda.

  • Ventosaterapia para mejorar irrigación y eliminar residuos.

Resultados: mejora notable en movilidad y reducción de dolor tras varias sesiones.


Caso 2 – J.E.I., 40 años

Gestor de televisión con tendinitis del supraespinoso izquierdo, limitación en rotación externa y dolor al elevar el brazo.


Intervención:

  • Fricciones transversas de Cyriax para limpiar adherencias musculares y tendinosas.

  • Normalización articular acromio-clavicular.

  • Estiramientos musculares y trabajo sobre musculatura antagonista.

Resultado: reducción del dolor, recuperación progresiva de movilidad y desaparición de inflamación.


Caso 3 – N.P., 35 años

Surfista con dolor en hombro izquierdo tras caída. Presentaba bloqueos articulares y contracturas musculares en trapecio, romboides y supraespinoso.

Intervención:

  • Liberación de tejido blando y puntos gatillo.

  • Maniobras osteopáticas sobre articulaciones escapulo-torácica y gleno-humeral.

  • Estiramientos isométricos y recomendaciones domiciliarias.

Resultado: notable mejora tras sesión única, aunque requería seguimiento por distancia geográfica.


Caso 4 – M.S.L., 61 años

Jubilada con dolor punzante en hombro derecho y limitación de movimiento, asociado a problemas cervicales.

Intervención:

  • Masaje profundo para sedar y reblandecer tejido.

  • Trabajo de fricción en músculos trapecio, supraespinoso, infraespinoso y elevador del omóplato.

  • Osteopatía estructural vertebral.


Resultado: mejoría progresiva, aunque persistían lesiones tendinosas que requerían continuidad terapéutica.


Caso 5 – J.R.L., 37 años

Profesora con dolor irradiado del hombro izquierdo al costado, refractaria a fisioterapia previa.

Intervención:

  • Trabajo muscular y fascial profundo (infraespinoso, romboides, trapecio).

  • Técnica de Cyriax sobre tendones lesionados.

  • Osteopatía estructural para desbloquear columna dorsal y cervical.

  • Estiramientos domiciliarios.

Resultado: reducción del dolor y recuperación parcial, mejorando la funcionalidad de hombro y cuello.


Caso 6 – I.G.H., 44 años

Trabajador bancario con dolor en hombro derecho agravado en flexión y asociado a Síndrome de Eagle.

Intervención:

  • Liberación de tejido blando (romboides, trapecio, infraespinoso, elevador del omóplato).

  • Maniobras osteopáticas sobre vértebras dorsales y articulaciones acromio-clavicular y escapulo-torácica.

  • Vendaje neuromuscular.

Resultado: alivio sintomatológico evidente, mejora de movilidad y reducción de contracturas.


Conclusiones

El dolor de hombro es una condición multifactorial que puede originarse en lesiones tendinosas, musculares, articulares o posturales. Un abordaje integral desde la osteopatía —que incluya evaluación precisa, trabajo muscular, técnicas manuales y manipulación articular— es esencial para recuperar movilidad y aliviar el dolor.

Este tipo de lesiones requieren tiempo, constancia y una buena evaluación profesional. No siempre basta con un solo tratamiento; la recuperación puede ser gradual, pero siempre posible con la estrategia adecuada.


José Enrique García G.
Osteópata NE CEN16686/2015
Máster en Osteopatía Bajo Evidencia Científica y Práctica Clínica

Cuaderno de Bitácora de un Osteópata (I) (Rodilla; caso)

Cómo afrontar una lesión de rodilla complicada: el caso de Milagros

La rodilla es una de las articulaciones que más sufre a lo largo de la vida. Soporta nuestro peso, nos permite caminar, subir y bajar escaleras, ponernos en cuclillas o levantarnos de una silla. No es de extrañar que, con los años, aparezcan molestias o lesiones que pueden llegar a limitar nuestra calidad de vida.

En este artículo quiero compartir el caso de Milagros, una mujer de 71 años. Su historia nos ayuda a entender la importancia de la constancia, el tratamiento post-quirúrgico y el abordaje osteopático global en las lesiones de rodilla.


El inicio del problema

En octubre de 2018, Milagros comenzó a experimentar un dolor constante e insoportable en la rodilla derecha. El aspecto clínico mostraba inflamación importante y limitación del movimiento.




Comenzamos el abordaje trabajando en sus estructuras externas: ligamentos, menisco y musculatura de cuádriceps. Sin embargo, la evolución fue muy lenta.

El motivo no era solo físico: las circunstancias familiares le impedían acudir con la regularidad necesaria. En lugar de sesiones semanales o quincenales, nos veíamos cada tres meses. Esto generaba una gran frustración en ella, que sentía que su recuperación no avanzaba.


El paso por quirófano

Le expliqué desde el inicio que, por el deterioro meniscal y óseo, lo más probable es que en algún momento fuera necesaria una cirugía. Aunque Milagros tenía auténtico pánico al quirófano, en junio de 2019 finalmente fue intervenida.


La operación fue un éxito técnico, pero su realidad no cambió demasiado: el dolor persistía. Esto ocurre con frecuencia cuando no se acompaña la cirugía de un programa de rehabilitación adecuado y personalizado. Sin embargo, Milagros sí realizó un programa fisioterápico.


La importancia del trabajo post-operatorio

Tras la operación, Milagros comenzó rehabilitación a través de su seguro sanitario privado. La fisioterapia convencional tiene un papel fundamental en la recuperación, pero en su caso no consiguió adaptarse, ya que no soportaba el dolor que le producían algunos de los ejercicios.

Por ello decidió volver a mi gabinete. Le advertí que sería un trabajo largo y constante, con sesiones semanales. Además, apareció un nuevo obstáculo: un esguince en el tobillo izquierdo que dificultaba su pisada, y por tanto, afectaba también a la rodilla.


El abordaje osteopático

Entre mayo y octubre de 2020, Milagros acudió a 11 sesiones. El objetivo era claro:

  • Reducir la inflamación.

  • Recuperar movilidad en la rodilla.

  • Reequilibrar la pisada corrigiendo el tobillo lesionado.

Técnicas aplicadas

  1. Técnica funcional (Cyriax) en ligamentos y tendones de rodilla y tobillo.

  2. Normalización osteopática en tobillo y pie para mejorar el apoyo.

  3. Movilizaciones repetidas de la rodilla para recuperar flexión y función tibio-femoral.

Este abordaje global permitió que poco a poco el dolor se redujera y los movimientos fueran recuperándose.


El “milagro” de Milagros

En su última sesión, el 9 de octubre de 2020, Milagros me llamó sorprendida:

“¡J.E., es un milagro! Puedo flexionar la rodilla con facilidad y el dolor está bajo control”.

Por supuesto, no era un milagro. Era el resultado de la constancia, del trabajo bien dirigido y de la capacidad del cuerpo para responder cuando se le da la oportunidad adecuada.

Todavía quedaba trabajo pendiente en el tejido tendino-ligamentoso, pero el progreso era evidente y esperanzador.


Lecciones de este caso

El caso de Milagros nos deja varias enseñanzas importantes:

  1. La cirugía no lo es todo
    Aunque necesaria en muchos casos, la operación por sí sola no garantiza la desaparición del dolor ni la recuperación funcional.

  2. El trabajo post-quirúrgico es indispensable
    Sin una buena rehabilitación, la rodilla no recupera su movilidad ni fuerza de manera completa.

  3. El cuerpo funciona en conjunto
    Una lesión de tobillo, cadera o pelvis puede condicionar la evolución de la rodilla. Hay que trabajar el miembro inferior como una unidad.

  4. La constancia marca la diferencia
    La frecuencia de las sesiones y la implicación del sufridor son factores decisivos para avanzar.

  5. El entorno de la persona importa
    Los factores emocionales, familiares o económicos influyen en la recuperación. Comprenderlos y acompañar al individuo es parte de nuestro trabajo.


Reflexión final

El camino de la recuperación articular rara vez es lineal. La rodilla, por su papel en el movimiento diario, es una articulación que exige paciencia, constancia y un enfoque integral.

Milagros lo describió como un “milagro”, pero en realidad fue el resultado de un proceso bien acompañado, de la confianza en el trabajo realizado y de la perseverancia.

Su caso nos recuerda que, incluso en situaciones complicadas, siempre hay margen para mejorar la movilidad y controlar el dolor cuando se combina cirugía, rehabilitación y osteopatía de manera adecuada.


José Enrique García G.
Osteópata NE CEN16686/2015
Máster en Osteopatía Bajo Evidencia Científica y Práctica Clínica