La artrosis es un proceso degenerativo que a día de hoy, no tiene un tratamiento complaciente para quien la padece.
Debo apuntar que la artrosis viene precedida no solamente por la edad, (se relaciona a más edad, mayor artrosis), sino por la falta de cuidados de la propia persona que la padece. Por ejemplo: ¿Quién no ha sufrido un esguince de tobillo, o de muñeca, o de rodilla, y como el dolor no era fuerte, y además, fue desapareciendo, lo ha dejado correr sin más tratamiento?
O ¿quién no ha padecido un lumbago pasajero, de esos que nos levantamos doloridos en la zona baja de la espalda, y no le damos mayor importancia porque nos deja seguir haciendo nuestra rutina diaria y también desaparece en un par de días?
¿Os acordáis de
aquella vez que no pudimos levantarnos de la cama durante tres días por esos
dolores ciáticos y lo máximo que nos hicieron fue inyectarnos dosis de
corticoides?
1. Desgaste propio por el tiempo; Durante toda nuestra vida nos movemos, la articulación tiene un roce que va haciendo que el cartílago de conjunción vaya limándose desproporcionalmente, y los osteoblastos, que son células del hueso, comienzan a crear, también desproporcionadamente, tejido óseo para compensar el desgaste cartilaginoso, del cual no existe tejido celular que recupere esa rotura del cartílago.
Sintetizando; El cartílago se destruye, no existen obreros para recuperar lo destruido y entran en acción los obreros que fabrican hueso, pero no tienen patrones para volver a crearlo de forma uniforme, con lo cual aparecen picos de hueso, (osteofitos). Y esto nos lleva a otro problema severo, y es que esos picos de hueso van pellizcando tejido de conexión nerviosa, con lo cual, el dolor se incrementa por la inflamación secundaria que se produce, llamándose esto "artritis reumatoidea".
Osteofitos en rodilla |
Osteofitos en columna cervical |
Osteofitos en mano |
2. Desgaste por sobrepeso; aquí podemos hablar lo mismo que en el punto 1, pero con más peso, con lo que hay más presión en la articulación, consiguiendo que ese desgaste de cartílago sea mucho más rápido.
3. Falta de cuidados de esas lesiones que he hablado anteriormente; esto produce que no se consiga un deslizamiento articular normal y volvemos al problema del exceso de roce articular.
4. Malas posiciones continuadas; esto nos lleva a la misma explicación del punto 3
Estos son algunos
casos de artrosis en imágenes:
Lo que también es
cierto, decía uno de mis maestros, el Dr. Fernández Vilches, D. Leopoldo,
psiquiatra y forense, que en cuanto nacemos tenemos peso y movimiento, por lo
cual comienza el desgaste. Esto me lleva a que también la genética
cuenta en la velocidad y resultados de un deterioro, ya sea normal o exagerado.
Hay decenas de fórmulas para paliar la artrosis, que no eliminarla, como ya he
apuntado, no existen células que registren la recomposición de cartílago. A mí
la fórmula que más me gusta, quizá sea porque es la que utilizo y la que
encuentra resultados, es la que utilizamos en masaje deportivo y osteopatía,
que no es otra cosa que lubricar la articulación provocando el riego de líquido
sinovial para que:
1. Desacelerar el desgaste;
2. Suavizar el rozamiento de hueso.
¿Qué aporta la Osteopatía en reumatología?
La osteopatía puede ser una herramienta complementaria valiosa en el tratamiento de trastornos reumatológicos. Su enfoque holístico busca aliviar el dolor, mejorar la movilidad y optimizar la función corporal en personas que padecen enfermedades reumatológicas, como la artritis reumatoide, la artrosis, la espondilitis anquilosante, entre otras.
Beneficios de la osteopatía en reumatología
-
Reducción del dolor: Las técnicas osteopáticas, como manipulaciones suaves, movilizaciones articulares y estiramientos, pueden ayudar a disminuir el dolor al mejorar la circulación, liberar tensiones musculares y reducir inflamaciones locales.
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Mejora de la movilidad: Las articulaciones afectadas por enfermedades reumatológicas suelen volverse rígidas y perder rango de movimiento. La osteopatía puede ayudar a recuperar parte de esa movilidad, promoviendo una mejor calidad de vida.
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Corrección de desequilibrios posturales: Las enfermedades reumatológicas pueden generar adaptaciones posturales debido al dolor o la rigidez. El osteópata puede identificar y tratar estas compensaciones para prevenir futuras complicaciones.
-
Alivio del estrés y mejora del bienestar: Muchas personas con enfermedades reumatológicas experimentan estrés crónico debido a su condición. Las sesiones de osteopatía pueden promover la relajación y un mayor equilibrio emocional.
¿Qué técnicas se utilizan?
- Técnicas de tejidos blandos: Masaje suave para relajar los músculos y mejorar el flujo sanguíneo.
- Movilización articular: Movimientos pasivos suaves para aliviar la rigidez.
- Técnicas de energía muscular: Ejercicios activos en los que el paciente colabora para mejorar la elasticidad muscular.
- Liberación miofascial: Trabajo sobre las fascias para reducir tensiones y mejorar la función.
Consideraciones importantes
-
No reemplaza el tratamiento médico: La osteopatía debe considerarse un complemento a la atención médica tradicional, no un sustituto. Las enfermedades reumatológicas suelen requerir tratamiento farmacológico y supervisión médica.
-
Evaluación previa: Es esencial que el osteópata trabaje en colaboración con el reumatólogo, para asegurarse de que las técnicas sean adecuadas y seguras para la condición específica del paciente.
-
Cuidado en episodios agudos: Durante fases agudas de enfermedades inflamatorias, algunas técnicas pueden estar contraindicadas, por lo que el tratamiento debe adaptarse cuidadosamente.
En resumen, la osteopatía puede contribuir al manejo integral de las enfermedades reumatológicas al abordar síntomas físicos y emocionales, mejorando así la calidad de vida del paciente. 😊
Evidencia científica
La evidencia científica sobre la efectividad de la osteopatía para la artrosis es algo limitada, pero algunos estudios pequeños sugieren que la manipulación osteopática puede ser eficaz para aliviar el dolor y mejorar la función en personas con artrosis, especialmente en la artrosis de rodilla. Sin embargo, los resultados no son concluyentes, y se necesitan más investigaciones de mayor calidad para establecer recomendaciones firmes.
Por ello, el osteópata debe volcarse en su propia expericencia. Dejo algún caso de valor aplicado en mi gabinete.
El primero de ellos se trata de una mujer
T.P., (1.12.54), trabajadora del hogar. Le trajo a mi gabinete un dolor de manos que llevaba arrastrando desde hacía más de 3 años, un caso cronificado. La inflamación en la AMF, (articulación metacarpofalángica), del dedo índice de su mano derecha, es muy visible. También vemos marcadas en la fotografía sus articulaciones ínterfalángicas distales, no sólo el nivel de desgaste en las caras internas de los dedos, sino también en la deformación artrítica.
En el nivel de los
dedos y manos, el trabajo es de elastificación articular, dedo a dedo, falange
a falange, de tal forma que empiecen a ser nutridas todas y cada una de las
articulaciones.
Y hacemos una técnica de normalización osteopática sobre su dedo índice, la
articulación que une la mano con el dedo, (AMF)
Continuamos con el estudio de cuello para dejar en evidencia la lesión de
movimiento vertebral. Tres vértebras cervicales, 2ª, 3ª y 4ª, son las que nos
encontramos bloqueadas en rotación derecha.
En 2ª sesión terminamos de normalizar el movimiento de la columna cervical y continuamos con el trabajo de manos y codos.
Cuatro días después volvemos a encontrarnos.
El dolor se va localizando ya sólo en el área del cambio mano-dedo índice. Hay ligera inflamación artrítica, y en 4ª sesión dejamos realizado un vendaje funcional que nos ayude a que haya movimientos falángicos reducidos para su absorción inflamatoria, así como adiestramiento de posición de sendas falanges para los dedos índice y corazón derechos.
Es un vendaje que en primer término quedan envueltas sus falanges, y en segundo término quedan envueltas conjuntamente sus articulaciones, separadas con una pared almohadillada entre ambos dedos.
Seguimos trabajando en la base del masaje para reducir el nivel toxémico alrededor de las articulaciones, y movilización en la 2ª articulación metacarpofalángica del dedo índice de su mano derecha, y sobre las articulaciones inter-falángicas.
Os muestro el resultado de seis sesiones de trabajo. Fijaos en la inflamación de la mano con respecto a la primera fotografía y la reducción del desvío de las articulacioens interfalángicas distales del 2º y 3º dedo.
Resultado Final |
La reducción del dolor es considerable, quedando sintomas ligeros sólo en la articulación metacarpofalángica, (2º nudillo)
Otro caso de fondo diferente es el que presento ahora.
Es
el caso de un señor de 80 años de edad que vino con su hijo desde Valencia
capital, con dolores en tobillos y rodillas, y desde luego, vemos en imágenes,
(os las cedo), su proceso degenerativo.
Sin embargo, si seguimos hurgando, es decir, le damos una buena exploración física, vamos a ver una serie de cosas que le han ido desmejorando por ir compensando por dolores. Y es que aparece un viejo esguince de tobillo derecho, en su ligamento peronéoastragalino anterior, (externo)
· tobillo- - - 1ª cuña pie derecho; las 3 cuñas del pie izquierdo
· rodilla- - - movimiento en aducción rodilla izquierda; en extensión, rotación interna, y también aducción, la rodilla derecha.
Si esto no lo remediamos, no sólo se va a mantener el dolor, sino que va a dejarle sin poder moverse en breve. Me dice que en el estadio de fútbol del Valencia, (valencianista de pro), ya a veces no va a ver el fútbol porque se ve imposibilitado subir-bajar escaleras, (aun siendo medicalizado!!!).
Con esta valoración que he hecho monto un plan de trabajo para un par de sábados que va a aprovechar a venir para ver también a los nietos. Comienzo con masaje en piernas. Nos paramos después a trabajar con buena técnica de Cyriax, (no profundizando más allá de su umbral de dolor, con lo cual se le hace agradable la intervención manual), en su ligamento distensionado, el que recupera de tal forma, que comienza a caminar sin acordarse de su lesión, o al menos, cuando la busca ya no la encuentra.
Desde la 1ª sesión comenzamos con las técnicas de normalización osteopáticas para sus tobillos; y movilizamos rodillas y caderas en la 2ª sesión.
Contento; muy contento me cuenta en su 2ª visita. Cuando escribo este caso, me dice el hijo que está encantado con sus "nuevas piernas".
Eso sí, aún le queda trabajo que realizar en piernas y resto del cuerpo, por su estado, que se va a encargar de realizarselo un colega osteópata en Valencia.
Dejo un tercer caso de una funcionaria de 68 años cuando visitó mi gabinete. LLegó por un fuerte dolor en su cadera izquierda, (articulación coxofemoral). Llevaba implantado un generador neuroestimulador para regular los prolapsos de dolor.
El cuadro clínico era más que interesante, bajo mi punto de vista, para trabajar con ella con técnica y paciencia porque requería de ayuda:
- Osteopenia
- Aracnoiditis
- Esguince cervical
- Espondilitis anquilosante
- Doble hernia discal, (L2·L3 y L4·L5)
- Estenosis en el canal lumbar
- Escoliosis lumbar
- Dismetría pélvica
En intervención quirúrgica ha sufrido una artrodesis para eliminar el movimiento a nivel lumbosacro.
La cuestión es, cómo empezamos, o como me dijo ella en la creación de esta historia:
-¿"Puedes
hacer algo por mí?"
Me gusta hacer una pregunta a todos mis visitantes:
-¿Por qué crees que ha sucedido todo esto?
Desde luego, este es un caso para examinar a cualquier estudiante de osteopatía, o de reumatología, o de traumatología, o de neurología, ¿o no, doctores?
Lo que podemos hacer, ya que la cirugía en este caso ha llegado a su techo, es plantear un trabajo inteligente y advertir a la persona que es un trabajo largo, más bien, de por vida.
Y nos ponemos manos a la obra. Debemos empezar con la pelvis, de donde sale todo el mal, junto a sus articulaciones coxofemorales.
1. Trabajo su dismetría pélvica, así comenzamos intervención osteopática. Ya en siguientes sesiones comenzamos con sus articulaciones coxofemorales, durante 5 sesiones, con intervalos entre sesiones de 10 a 15 días.
2. Damos información neurológica para el mantenimiento y disminución del dolor con una sesión de osteopatía craneal.
3. Hacemos un amplio trabajo de tejido blando y sistema nervioso periférico, especialmente en la cintura pélvica durante varias semanas.
4. Osteopatía sacro-craneal. Aquí desplegamos toda una sesión de liberación somatoemocional y técnicas de liberación miofascial.
Estuvimos trabajando cinco semanas, momento en el que sufrió su última multi-intervención quirúrgica donde le cambiaron y recompusieron la estación del generador neuro-muscular.
Volvimos a intervenir sobre el movimiento craneal para ayudar a regular la información de sus nervios craneales en una sesión de osteopatía craneal.
La mejoría es más que espectacular, especialmente, porque su calidad de vida ha aumentado significativamente.
Creo que estos tres casos son orientativos para orientar al lector.
tratamientos complementarios
Aunque los tratamientos médicos convencionales, como medicamentos y terapias físicas, son esenciales, muchos buscan alternativas y enfoques naturales para complementar el manejo de esta condición. Aquí te presento algunas opciones: 🌿
1. Cambios en la alimentación
Una dieta equilibrada puede reducir la inflamación y apoyar la salud articular:
- Ácidos grasos omega-3: Encontrados en pescados grasos (salmón, sardinas) y semillas de lino, ayudan a disminuir la inflamación.
- Antioxidantes: Consumir alimentos ricos en vitamina C (cítricos, pimientos) y E (almendras, espinacas) protege las articulaciones.
- Evitar alimentos proinflamatorios: Como azúcares refinados, harinas blancas y grasas trans.
- Cúrcuma y jengibre: Especias con propiedades antiinflamatorias que pueden añadirse a la dieta o tomarse como suplementos.
2. Suplementos nutricionales
- Glucosamina y condroitina: Suplementos populares para el cuidado de las articulaciones, aunque su efectividad varía entre individuos.
- Colágeno hidrolizado: Puede mejorar la elasticidad y resistencia de las articulaciones.
- Vitamina D y calcio: Esenciales para la salud ósea y articular.
- Boswellia serrata: Extracto de planta conocido por sus propiedades antiinflamatorias.
3. Terapias físicas alternativas
- Acupuntura: Ayuda a aliviar el dolor al estimular puntos específicos del cuerpo.
- Terapia con calor y frío: El calor relaja los músculos y alivia la rigidez, mientras que el frío reduce la inflamación y el dolor.
- Hidroterapia: Ejercicios en agua tibia que reducen el impacto en las articulaciones.
- Masajes terapéuticos: Pueden mejorar la circulación y aliviar el dolor muscular asociado.
4. Actividad física adaptada
El ejercicio suave ayuda a mantener la movilidad y fortalecer los músculos que sostienen las articulaciones:
- Yoga: Mejora la flexibilidad y reduce el estrés.
- Tai chi: Ejercicios de bajo impacto que mejoran el equilibrio y la coordinación.
- Caminar o nadar: Actividades aeróbicas suaves que no sobrecargan las articulaciones.
5. Plantas y remedios herbales
- Harpagofito (garra del diablo): Utilizado tradicionalmente para reducir el dolor y la inflamación.
- Ortiga: Puede tomarse en infusión para aliviar el dolor.
- Árnica: Uso tópico en forma de cremas o geles para calmar las áreas afectadas.
6. Terapias complementarias
- Mindfulness y meditación: Ayudan a manejar el dolor crónico al reducir el estrés.
- Electroterapia: Técnicas como TENS (estimulación eléctrica nerviosa transcutánea) pueden aliviar el dolor.
- Terapia con ozono: Aplicada en algunos casos para mejorar la circulación y reducir el dolor articular.
7. Hábitos saludables
- Mantén un peso adecuado: Aliviarás la presión en las articulaciones, especialmente en rodillas y caderas.
- Evita el sedentarismo: Mantenerse activo es clave para prevenir la rigidez.
- Descanso adecuado: Un sueño reparador ayuda a la recuperación de los tejidos.
Precauciones
Aunque estos enfoques pueden complementar los tratamientos convencionales, es importante consultar a un médico antes de iniciar cualquier terapia complementaria. Algunas sustancias pueden interactuar con medicamentos o no ser adecuadas para todos.
Contraindicaciones
Como en todo tipo de terapias, hay que tener en cuenta el estado de la lesión, cómo se encuentra la persona psicológicamaente para administrarle osteopatía y el estado general.
El tratamiento osteopático puede ser beneficioso para la artrosis, ya que busca mejorar la movilidad articular, aliviar el dolor y optimizar la función del cuerpo. Sin embargo, existen contraindicaciones que se deben tener en cuenta antes de iniciar este tipo de tratamiento. Estas contraindicaciones pueden ser absolutas o relativas, dependiendo del estado del paciente y la técnica utilizada. Aquí te detallo las principales:
Contraindicaciones absolutas
Inflamación aguda severa:
- Brotes inflamatorios intensos en articulaciones afectadas por artrosis (p. ej., artritis reumatoide activa o infecciones articulares como artritis séptica).
- Infecciones activas:
- Procesos infecciosos en tejidos cercanos a la articulación afectada.
- Fracturas recientes:
- Presencia de fracturas en o cerca de la articulación afectada.
- Enfermedades óseas graves:
- Osteoporosis severa o patologías como tumores óseos que puedan comprometer la integridad del hueso.
- Condiciones neurológicas críticas:
- Compresión medular o radiculopatías severas que puedan agravarse con la manipulación.
- Coagulación alterada:
- Trastornos hemorrágicos o anticoagulación excesiva que aumenten el riesgo de hematomas internos.
- Cirugías recientes:
- Áreas quirúrgicas no completamente cicatrizadas.
Contraindicaciones relativas
Dolor agudo severo:
- Si el dolor es muy intenso, se deben evitar técnicas agresivas o movilizaciones excesivas.
- Hipermovilidad articular:
- Aunque la artrosis suele asociarse con rigidez, en algunas personas puede haber inestabilidad articular que contraindica ciertas manipulaciones.
- Condiciones vasculares:
- Enfermedades como aneurismas o trombosis venosa profunda (especialmente en áreas cercanas al tratamiento).
- Cambios degenerativos avanzados:
- En casos de artrosis muy avanzada, manipular puede ser contraproducente si hay daño severo en el cartílago o deformidad ósea.
- Presencia de prótesis o implantes:
- Las técnicas deben adaptarse para evitar dañar estructuras artificiales.
- Problemas médicos generales:
- Hipertensión no controlada, insuficiencia cardíaca, o cualquier enfermedad sistémica descompensada.
Precauciones generales
- Realizar una evaluación médica previa para descartar patologías no detectadas.
- Adecuar las técnicas osteopáticas a la tolerancia del paciente.
- Evitar maniobras que generen dolor o incomodidad significativa.
- Informar al paciente sobre los objetivos y límites del tratamiento.
Conclusión
Dependiendo
del carácter de la persona mayor, recorreremos el camino con mayor o menor
fluidez, aunque siempre amparándonos en la evolución y resultados que vayamos
obteniendo.
Por
los mayores, salud responsable.
No hay que conformarse con que un viejito nos diga "tengo artrosis".
Cuando vamos más allá encontramos el por qué, y le devolvemos su calidad de
vida.
La pregunta vuelve:
-"¿Durante cuánto tiempo tengo que seguir este trabajo?"
-"¿Podemos ampliar el espacio entre sesiones?"
Si tienes dudas específicas, un osteópata cualificado y un médico pueden trabajar juntos para establecer el mejor enfoque para tu caso. 😊
Si bien la osteopatía puede ser útil como parte de un enfoque multidisciplinario para manejar la artrosis, es importante tener expectativas realistas. Los tratamientos osteopáticos pueden ser efectivos para mejorar la movilidad y aliviar el dolor en algunos casos, pero no son una solución curativa para la artrosis. Siempre es recomendable combinar la osteopatía con otros tratamientos convencionales recomendados por un reumatólogo.
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